Tom va a reunirse con su padre, el capitán Lee, para regresar juntos a casa a bordo del Serota Star y cumplir con su mayor deseo:
navegar.
Habrán de viajar desde Singapur hasta Pennag. Pero aquellas aguas son peligrosas y, durante la travesía, el buque es abordado por unos piratas despiadados y bien organizados cuya intención es apoderarse de su valioso cargamento. Tom será hecho prisionero, y su padre, obligado a vender la mercancía en China.
Con la ayuda de Nancy, el joven, valiente y astuto, tratará de ayudar a la tripulación del Serota Star y de escapar desafiando el poder de la cabecilla de los piratas, la siniestra Lady Dragón, que ejercerá sobre él el poder de la vida y de la muerte.
Así empieza:
El barco pirata se deslizaba con ligereza empujado por el oleaje proveniente del mar de China. Ya eran más de las doce. Allá arriba, la luna jugaba al escondite entre los nubarrones que dominaban a diez mil pies de altura la noche malasia. Al sur, en dirección a Singapur destellos de relámpagos parpadeaban esporádicamente, como un rótulo de neón defectuoso.
El viento era racheado. Soplaba en cálidas ráfagas intermitentes sobre las montañas de Sumatra y descendía luego cruzando el estrecho de Malaca...
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