La estancia de Antonio Machado en Soria y el contacto diario con la tierra, paisaje y alma castellanos, contagiaron al poeta de su hondura esencial hasta lograr una identificación y un eco en su interioridad lírica. «Campos de Castilla», su libro capital, representa la expresión de esta andadura. A la exposición de lo temporal, de lo objetivo y de lo efímero —la poesía es palabra en el tiempo—, Antonio Machado comunica su preocupación filosófica y su meditación en torno al destino de España.
XLI
Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.
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