Bachir es un niño enfermo que vive en un campamento de refugiados saharauis. Debido a su dolencia está recluido en una tienda y su familia cuida de él. No sabe leer ni escribir y se aburre con los libros de imágenes que le lleva su hermana. Descubre que a través de los sonidos que le llegan del exterior puede enterarse de todo lo que pasa en el campamento. Se entretiene escuchando estas voces e imaginando lo que transcurre fuera su tienda. Una noche escucha el ruido de unos pasos y conoce a un anciano que le contará la historia de su pueblo y la posibilidad de curarse de su enfermedad.
Así empieza:
Por lo que podía adivinar a través de la cortina de gasa, el sol estaría atravesando la tensa línea del horizonte. Una hora más tarde, la temperatura sería agradable y comenzarían los amables ritmos de la noche. Él no participaría en ellos, pero hasta la habitación llegarían voces, músicas y sonidos que recordarían un mundo vivo.
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